Este blog tuvo su punto de partida en el hecho de que tuviera que asumir la formación de un Módulo dentro de los Ciclos de Grado Superior de Formación Profesional que tenía el sugerente título de Gestión de la Calidad en el sector gráfico. Digo tenía porque se lo han cargado, defenestrado, finiquitado, liquidado… entre todos le mataron y él solito se murió…descanse en paz, le hecho de menos.
Su desaparición de los planes de estudio puede ser debida al hecho de que las empresas gráficas no se hallan en un proceso permanente de aplicación de gestión de la calidad en sus procesos, puede ser porque ya tengamos los conocimientos de calidad de manera innata, puede ser… (esto es un sarcasmo, que me ha dado cuenta que no se me pilla ninguno y me entristece ya que es una forma de expresarme a la cual tengo querencia aunque no creo que me granjee muchos amigos)
El caso es que nuestros queridos alumnos aprenden, si el profesor de turno lo considera oportuno, a realizar controles de calidad (que no a gestionar la calidad), claro que solo aquellos que dispongan de medios para realizar tales controles, nada fácil ni barato. Pero desde luego no se les enseña a estar inmersos dentro de un entorno de calidad constante y gestionada ni la visión que proporcionaba tal módulo de la empresa y de sus relaciones.
Lógicamente de toda esta diatriba se deduce que me enganché al asunto, obtuve un certificado de gestor europeo de calidad, comencé un blog sobre el tema, escribí un libro sobre el tema (por cierto, mi editor me ha informado de las espectaculares cifras de ventas del último año, en torno a unos dos ejemplares… ya he vendido más que Van Gogh, no está mal…).
El caso es que digo esto porque en estos últimos días me encuentro en un proceso de dirimir sobre fricciones entre integrantes del sector gráfico y sus clientes. Esto puede ser interesante para mi bolsillo si al final obtengo una remuneración por aplicar mis modestos conocimientos en este campo, pero como soy un ingenuo de marca mayor* me duele que precisamente se generen conflictos a nivel interno en las empresas o entre empresas por una cuestión baladí: no aplicar controles mínimos de calidad en los procesos, tareas, relaciones, de tal manera que los conflictos o se minimicen o simplemente no tengan espacio para ocurrir.
*¿por cierto, alguien me puede asegurar si esta expresión, creo que por todos conocida, viene del formato de papel marca mayor 65×45 (o 64 x 44) según la fuente. Entiendo que sí ya que se puede interpretar como grande: ingenuo grande… (considero esta salida de tono lo más interesante de esta entrada…)
En resumen y volviendo al tema inicial, que a ver si retomo el tema de la calidad en próximas entradas… no prometo nada.